El próximo veinte de noviembre volvemos a tener en nuestras manos el futuro de nuestra Andalucía.
Será una jornada donde los andaluces y andaluzas podremos decidir si queremos que nuestra voz se oiga o por el contrario queremos seguir en el mutismo que estamos inmersos.
Son 61 diputados andaluces los que nos representan en el Congreso de los Diputados, y aun así nuestra voz no se oye. Es el momento de preguntarnos la importancia del andalucismo en dicha cámara.
Y he dicho bien, ANDALUCISMO. Y en MAYÚSCULAS.ANDALUCISMO no es añadir una A al final del nombre de un partido político manejado por unos dirigentes que sólo velan por los intereses de su propio partido. Una A al final del nombre de un partido político sólo busca el voto de nuestra TIERRA para conservar un status y una posición política. Una A al final del nombre de un partido político no significa la pérdida de las competenciasconseguidas a lo largo de la historia.
Una A al final del nombre de un partido político no olvida una deuda histórica, no olvida la lucha de un pueblo que una vez se echó a la calle para gritar por las injusticias.ANDALUCISMO es otra cosa. Es amar a tu tierra, luchar por ella, querer abandonar el último escalón de un país maniatado por las deudas, el paro, la desidia y la desconfianza en los políticos.
ANDALUCISMO significa no ser la comunidad con más alto índice de paro de España.Significa no ser la comunidad con más alto índice de fracaso escolar. Significa rebelarse ante la pérdida de la identidad de pueblo, significa…
Es por eso que ha llegado la hora de alzar nuestra voz, de dar un puñetazo en lo alto de la mesa y decir BASTA. Es la hora de confiar en un partido que de verdad lleva consigo la palabra ANDALUCÍA, que de verdad la siente, que de verdad va a luchar por ella.
Es el momento, demostremos a todos que somos capaces de sublevarnos, que somos capaces de hacer valer nuestra historia, nuestra cultura, que estamos hartos de ser una TIERRA utilizada. Que ni PP ni PSOE son partidos que representan los intereses de los andaluces, que esa A, al igual que una C (Cataluña), una E (Extremadura), sólo es eso una letra y no un sentimiento.
Seamos libres de verdad, ondeemos nuestra
bandera, levantemos nuestras almas y que de
una vez por todas se hable ANDALUZ en Madrid
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